Los clientes nunca han llegado solos

Los clientes nunca han llegado solos

La fuerza del marketing es algo imperceptible que siempre nos atrae.

En varias ocasiones he escuchado a las personas decir que decidieron llegar a un restaurante y/o una tienda: “nomás porque si”, “porque pasamos y lo vimos” o “por ninguna razón en especial” e incluso esta misma idea la comparten con los que atienden el lugar y estos les creen.

Sin embargo, siempre hay una justificación consciente o inconsciente por la que realizamos una acción en nuestra vida y el escoger un lugar para entrar no es una excepción a la regla. Algunas de las razones por las que te detuviste son:

1. Necesidades

A veces en nuestro día a día estamos tan ocupados en distintas tareas que nuestro organismo debe recordarnos con un ruido (nada elegante) de nuestro estómago que debemos alimentarnos y en ocasiones esta situación se da cuando andamos en la calle, por lo que muy probablemente llegarás al primer lugar de comida que veas o el olor más próximo a alimento que tu olfato pueda percibir. También existe la posibilidad que esperes a encontrar un establecimiento donde escapar del calor mientras ingieres alimentos, sobre todo si vives en una zona desértica como yo.

En el caso de una tienda, seguramente la necesidad de afiliación, de sentirte aceptado por tu manera de vestir o la decoración de tu hogar fue lo que te hizo ir a un lugar en específico u en otra ocasión, solo tenías que comprar un regalo y la necesidad se encontró con la oportunidad de resolver el asunto de una vez.

2. Visual Merchandising

Continuando con esta situación de lo que se ve en el exterior, tal vez hayan escuchado la frase: “Siempre paso por ahí y nunca he llegado”; el hecho de que un local se encuentre en la zona que transitamos no necesariamente va ser la razón por la que lleguemos, a veces este punto debe ser apoyado por la presentación de la tienda y de su mercancía o mejor conocido como estrategia del Visual Merchandising. La cual es la responsable de que digamos: “Qué bonito se ve eso”, “Lo quiero” o “Qué rico se ve”, “Se me antojo”.

Tal vez no tenías planeado detenerte pero te hizo voltear y replantearte una visita rápida.

3. Acercamiento anterior

Cuantas veces no hemos estado en una reunión y hemos emitido un comentario sobre la vestimenta de alguien o la comida que se sirvió para después poder preguntar dónde lo consiguió y así grabar el nombre de este lugar en tu mente para recordarlo justo en el momento correcto.

Por ello, en algunas ocasiones crees que simplemente lo habías escuchado cuando realmente ya te había convencido su producto anteriormente.

4. Publicidad

Actualmente los consumidores somos bombardeados por 5,000 mensajes al día (Walker-Smith, 2017) por supuesto que uno de ellos se va a quedar posicionado en nuestra mente y nos llevará a la acción. Sin mencionar que si encuentras una promoción que incentive tu compra en el horario y día adecuado en que estás pensando comprar un producto, está se convertirá en la razón más palpable de porque tomas cierta decisión.

Por lo tanto, siempre que te dispongas a conocer el interior de un lugar pregúntate que fue lo que realmente te hizo tomar esa decisión y comparte esta respuesta con quienes te atienden para que les puedas ayudar a descifrar en donde deben de concentrar sus esfuerzos para atraer más clientes.

Y si eres el dueño de un negocio, no dejes de preguntarle a tus clientes como supieron de ti, lo que más les gusta de tu local, que les hace seguir acudiendo a tus instalaciones y que cosas podrías mejorar. Pero sobre todo, deja de decir: “nunca he hecho nada de publicidad, mis clientes siempre llegan solos” porque ahora ya sabes que eso jamás fue verdad.

Sigue invirtiendo y espera el momento en que se regrese esa misma cantidad (o más) en ventas.

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